Experiencia grupal en la Reserva de la Biosfera Gêres-Xurés.

Baño de Bosque con dinámicas individuales y grupales

Baños en cascadas naturales ( verano )

Baños TERMALES en piscinas de piedra romanas  en medio de la naturaleza ( invierno ).

Picnic con infusión de plantas silvestres y círculo humano de integración alrededor del fuego para hablar desde el corazón.

Grupo mínimo  4 personas

Info y Reservas:

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LA TERAPIA JAPONESA PARA PROMOVER LA SALUD LA RELAJACIÓN Y FORTALECER EL SISTEMA INMUNOLÓGICO

 

Los ‘baños de bosque’ o Shinrin Yoku tienen su origen en Japón y su significado literal es ‘absorber la atmósfera del bosque

A pesar de que esta práctica del «Baño de Bosque» surgió de los años 80, no llegaría a ser conocido en el resto del mundo hasta bien entrado el siglo XXI. La difusión y la demostración científica de sus beneficios estuvieron a cargo del científico japonés Yoshifumi Miyazaki, quien en 1990 comenzó a estudiar los efectos beneficiosos de los bosques en la salud. Estos estudios se difundieron en su libro Shinrin-Yoku: Baños curativos del Bosque. La terapia japonesa para promover la salud, la relajación y fortalecer el sistema inmunológico.

El baño de bosque o Shinrin Yoku, es una practica japonesa que busca conectar cuerpo y mente en la naturaleza, abrir los sentidos a la madre tierra y centrar la atención en los sonidos, olores y sensaciones que nos rodean sin marcarnos ningún objetivo en cuanto a la distancia a recorrer. Los japoneses llevan años practicando esta actividad para paliar el estrés, gracias a que los fitoncidas e iones negativos hacen disminuir el riesgo de sufrir depresión, potenciar el sistema inmune y prevenir las enfermedades cardiovasculares y otras dolencias. Tan sólo hay que dejarse llevar por la atmósfera del bosque, pasear tranquilamente con los cinco sentidos y alcanzar un estado de absoluta relajación y conexión con el entorno natural: abrazar un árbol, acariciar una hoja, sentir la brisa sobre la cara, olfatear el aroma de los árboles con los ojos cerrados, percibir el crujido de los pies al pisar las hojas secas o escuchar el cánto de los pájaros.

La medicina también está en el aire (del bosque)

Nuestro organismo no es una isla, está en relación profunda con el entorno.

El sistema inmunitario es sensorial y se encuentra en intercambio permanente con los sistemas nervioso y hormonal, y además con el ambiente. De todas estas relaciones depende en buena medida la salud.

El sistema inmunitario, por ejemplo, es sensible a la acción de los terpenos emitidos por las plantas para protegerse y también para comunicarse entre sí.

Los bosques, los ecosistemas, son comunidades inteligentes y de una complejidad maravillosa donde el flujo de terpenos constituye un medio de comunicación, un lenguaje. Los árboles lo utilizan, por ejemplo, para avisarse de posibles amenazas.

Sirven además para comunicarse con otras especies y también con nuestros sistemas inmunitario, nervioso y endocrino.

En los bosques el aire está repleto de estos compuestos volátiles anticancerígenos que fortalecen el sistema inmunitario y cuyo efecto sobre el organismo a medio y largo plazo es mucho mayor de lo que se había podido imaginar.

Los investigadores japoneses aportan pruebas de que en las zonas boscosas mueren menos personas de cáncer.

 Respirar en un bosque es como tomar un elixir curativo.